Nos dirigimos hacia una era liberada cuando se trata de entender el sexo. Sin embargo, el juego anal entre parejas heterosexuales es aún un estigma que genera cierta vergüenza, aunque seamos conscientes de que, para ambos sexos, puede ser fuente de orgasmos de una intensidad superior al sexo convencional…
Si miramos hacia atrás en la historia del sexo, vemos que el sexo anal se convirtió en tabú ya en la Biblia, donde había leyes que condenaban la penetración anal, como la ley de la sodomía. Antes de que esto sucediera, el sexo anal era bastante popular, como se señala en un interesante artículo del Psychology Today: «En el Perú de hace 1.700 años, el coito anal hetero no era en absoluto poco frecuente. Una vasija de cerámica que ha sobrevivido y que representa el arte erótico de aquella época, muestra que un tercio de las relaciones hetero eran anales.»
Si observamos la anatomía masculina y femenina y el concepto de placer, científicamente hablando hay mucho que decir sobre el juego anal. Por ejemplo, en el caso del clítoris, consta de una parte externa, de la que sin duda eres consciente, y de una parte interna llena de innumerables terminaciones nerviosas que rodean el canal vaginal, que popularmente es llamado punto G, y cuya estimulación es también muy popular.
De hecho, la zona sobre la que se extiende este complejo sistema nervioso del clítoris alcanza también el canal anal. El nervio pudendo, que se encuentra en la región pélvica, es el mismo nervio que el clítoris. Con lo cual, tocar o acariciar el ano puede proporcionar sensaciones muy placenteras.
La clave para disfrutar del sexo anal es olvidarse de las connotaciones negativas que tiene y sentirse completamente cómodo/a con tu pareja. Los resultados son tan buenos como éste, recogido en el informe de thepassioncollective: «Puedo tener un orgasmo masivo que me sacuda el cuerpo. Sólo necesito sentirme a gusto con mi pareja. Además, este tipo de estimulación es tan intensa que no puedo aguantar mucho».
De manera equivalente, para los hombres también hay puntos de placer que les permiten mejorar el orgasmo. Algunos hombres son reacios en un principio, pero con un poco de confianza y comodidad, y deshaciendo las connotaciones negativas, los resultados son impresionantes. Muchos chicos que han explorado el punto G con su chica, han oído que la próstata es el «punto G masculino» y quieren saber lo que se siente en una experiencia de placer tan intenso.
Teniendo en cuenta que la estimulación sexual es algo tanto físico como emocional, hay artículos donde se explica que «El punto G en el hombre es la glándula prostática. La filosofía tántrica considera que el punto G masculino es un centro sexual emocional. Masajear la próstata descarga gran cantidad de emociones y estrés físico. Acompañado de la estimulación del pene, acariciar la próstata puede ser extremadamente placentero y saludable para el hombre.»
El secreto de la próstata se está desvelando con las colecciones de juguetes sexuales específicamente diseñados para estimular ese nervio tan complejo. Además, se ha demostrado que en muchos casos, para el hombre, sólo el hecho de verse en ese posición tan vulnerable, resulta en una bestial estimulación mental tanto para el dador como para el receptor del placer. La voluntad del hombre de ser colocado en ese rol sumiso debería ser muy apreciada por su compañero.»
Como humanos, naturalmente disfrutamos la búsqueda del placer. Confiando en nuestras parejas para dejarnos llevar plenamente es la clave para alcanza el éxtasis máximo. Tenemos todos estos puntos de placer en nuestro cuerpo por una razón, entonces, ¿por qué no explorarlos y sentir cómo mejorar el placer con el juego anal?
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